Comienza el 2009 y abundan los balances de cierre del año pasado y de comienzos del éste. El 2008 fue un año interesante en el que vimos crecer paulatinamente el mercado de la edición digital, tanto a través de la venta de los lectores como de la producción de libros digitales y de la apuesta cada vez más franca de los grupos editoriales por el mundo de la web y, sobre todo su entrada en las redes sociales. En este sentido, parece que el medio escuchó las recomendaciones y entendió que si se quedaba fuera de Internet iba a perder mucho.
En el portal cultural Dosdoce, Javier Celaya adelanta 12 tendencias que cree predominarán en el año que comienza. Todas ellas podrían englobarse y resumirse en la profundización de la tendencia expresada arriba: una disminución de un 15% en la producción de libros de papel favoreciendo la edición de bolsillo y un incremento del mercado digital de libros, bien sea con la distribución y venta de soportes de lectura (e-readers), con la producción de ediciones digitales o con el uso cada vez más focalizado de internet y las redes sociales como herramientas de mercadeo editorial.
Yo, en lugar de hacer vaticinios puntuales, quisiera desarrollar mi escrito alrededor de las áreas en las que pienso se verán los movimientos más interesantes a lo largo del 2009. Antes, sin embargo, me parece importante aclarar que cuando hablamos del mundo del libro hablamos no solamente acerca de producción, promoción y marketing sino también de la lectura y, ahora, del comportamiento de las comunidades y de la producción y edición de las obras a través de la emergencia de nuevos espacios y recursos de publicación. Los puntos que quiero desarrollar buscan enfocar la atención en, al menos, tres aspectos fundamentales:
1) El mundo del libro y la nueva figura autorial: uno de los aspectos que más se han visto afectados por el impacto de las tecnologías de información en el mundo editorial es justamente el de la autoría. Valdría incluso la pena escribir una entrada más larga acerca de la noción de autor en los actuales tiempos en los que se supone que tal figura ya no existe, al menos no en su connotación clásica. Podría decirse en la actualidad que autores somos todos, ya que cualquiera de nosotros tiene al alcance de unos pocos clicks la oportunidad de tener su propia publicación online. El tema es suficientemente polémico ya que toca las fibras de la definición de lo que es o no literario.
Lo que si es indudable es que la noción misma de autor ha cambiado con la democratización del acceso a la publicación de contenidos pero sobre todo está cambiando el control que los autores tienen sobre sus libros y creo que eso se va a intensificar en los próximos tiempos. Paulo Coelho es el ejemplo por autonomasia de lo que un autor de nueva era puede hacer con su obra (y me refiero a nueva era no en el sentido espiritual, sino tecnológico).
Javier Celaya resalta en uno de los 12 puntos que desarrolla, que veremos “sorpresas durante la negociación de la cesión derechos de edición digital” y en este sentido, el propio Coelho, Alberto Vázquez Figueroa y Hernán Casciari son, cada uno a su manera, un ejemplo de lo que los autores pueden hacer hoy en día con sus libros: decidir qué tipo de plataforma de edición quieren, regalar su libro o no, publicar en formato digital o tener ediciones mixtas. En este punto hay cosas por verse si es que los mediadores tradicionales no quieren perder poder, tienen que compartir un poco más sus ganancias apostando por formas distintas de promoción y de edición.
2) Las redes sociales y la nueva circulación de los contenidos: Ligado con lo anterior, ha habido y seguirá habiendo una presencia cada vez más fuerte de las editoriales tradicionales en las redes sociales, en un intento por acceder a nichos de público cada vez más exigentes y precisos, pero también para ganar la carrera y mantenerse como los principales gestores del negocio editorial.
Pero también los autores han ido descubriendo a las redes sociales como espacios para promocionarse, bien sea a través de sus epacios personales allí para promover su obra y figura o a través de la conformación de grupos de lectores y seguidores. Volvemos al punto de la dependencia o la independencia de los autores de los circuitos de distribución. Las redes sociales permiten un contacto mucho más directo con los lectores y la promoción más inmediata de la obra en curso o en publicación.
Las librerías son otras que no se quedan atrás en ese sentido, y han encontrado en facebook y Hi5, por ejemplo, un lugar para promocionar sus actividades. Conozco el caso de librerías que han nacido en las redes sociales y que no tienen un espacio físico o este no es un lugar comercial sino un sitio de tertulias. Los grupos ganan por su afiliación y los nichos ganan en especialización. ¿Habrá un lugar para cada quién? Teóricamente si.
3) El futuro digital del libro y la educación: Una de las áreas en las que probablemente tendremos más sorpresas en los próximos tiempos es en la educativa. Los libros de textos y libros universitarios plantean retos diferentes a los que presentan las ediciones generales. No me atrevo a decir que será en este año que recién comienza, ni siquiera en España (ya me extendí en otro espacio acerca de cómo lo veo para América Latina) donde la discusión acerca de los libros digitales y de su uso en las universidades es aún muy poca, pero si espero que se empiecen a sentar las bases tecnológicas para responder a la demanda creciente de accesibilidad a los libros especializados.
El incremento de los planes de digitalización de libros, el fortalecimiento de los proyectos de bibliotecas digitales que se han puesto en marcha en Europa asi como la comercialización de lectores de libros digitales y la ampliación de la oferta de títulos, entre otros, hará que cada vez haya menos resistencia al uso de los libros digitales.
Pido disculpas por lo largo de este post, pero no me parecía pertinente cortarlo en varias entradas. Hay algunos temas que siguen quedando fuera como el de la promoción de la lectura, el desarrollo de hardware y software para la lectura de los libros digitales, los DRM y la accesibilidad asi como las estrategias comerciales de los diversos actores del mundo del libro. Hay mucho aún por escribir sobre el tema, pero habrá tiempo a lo largo del año, que, al igual que Javier Celaya, creo que será muy interesante para el mundo del libro.
En el portal cultural Dosdoce, Javier Celaya adelanta 12 tendencias que cree predominarán en el año que comienza. Todas ellas podrían englobarse y resumirse en la profundización de la tendencia expresada arriba: una disminución de un 15% en la producción de libros de papel favoreciendo la edición de bolsillo y un incremento del mercado digital de libros, bien sea con la distribución y venta de soportes de lectura (e-readers), con la producción de ediciones digitales o con el uso cada vez más focalizado de internet y las redes sociales como herramientas de mercadeo editorial.
Yo, en lugar de hacer vaticinios puntuales, quisiera desarrollar mi escrito alrededor de las áreas en las que pienso se verán los movimientos más interesantes a lo largo del 2009. Antes, sin embargo, me parece importante aclarar que cuando hablamos del mundo del libro hablamos no solamente acerca de producción, promoción y marketing sino también de la lectura y, ahora, del comportamiento de las comunidades y de la producción y edición de las obras a través de la emergencia de nuevos espacios y recursos de publicación. Los puntos que quiero desarrollar buscan enfocar la atención en, al menos, tres aspectos fundamentales:
1) El mundo del libro y la nueva figura autorial: uno de los aspectos que más se han visto afectados por el impacto de las tecnologías de información en el mundo editorial es justamente el de la autoría. Valdría incluso la pena escribir una entrada más larga acerca de la noción de autor en los actuales tiempos en los que se supone que tal figura ya no existe, al menos no en su connotación clásica. Podría decirse en la actualidad que autores somos todos, ya que cualquiera de nosotros tiene al alcance de unos pocos clicks la oportunidad de tener su propia publicación online. El tema es suficientemente polémico ya que toca las fibras de la definición de lo que es o no literario.
Lo que si es indudable es que la noción misma de autor ha cambiado con la democratización del acceso a la publicación de contenidos pero sobre todo está cambiando el control que los autores tienen sobre sus libros y creo que eso se va a intensificar en los próximos tiempos. Paulo Coelho es el ejemplo por autonomasia de lo que un autor de nueva era puede hacer con su obra (y me refiero a nueva era no en el sentido espiritual, sino tecnológico).
Javier Celaya resalta en uno de los 12 puntos que desarrolla, que veremos “sorpresas durante la negociación de la cesión derechos de edición digital” y en este sentido, el propio Coelho, Alberto Vázquez Figueroa y Hernán Casciari son, cada uno a su manera, un ejemplo de lo que los autores pueden hacer hoy en día con sus libros: decidir qué tipo de plataforma de edición quieren, regalar su libro o no, publicar en formato digital o tener ediciones mixtas. En este punto hay cosas por verse si es que los mediadores tradicionales no quieren perder poder, tienen que compartir un poco más sus ganancias apostando por formas distintas de promoción y de edición.
2) Las redes sociales y la nueva circulación de los contenidos: Ligado con lo anterior, ha habido y seguirá habiendo una presencia cada vez más fuerte de las editoriales tradicionales en las redes sociales, en un intento por acceder a nichos de público cada vez más exigentes y precisos, pero también para ganar la carrera y mantenerse como los principales gestores del negocio editorial.
Pero también los autores han ido descubriendo a las redes sociales como espacios para promocionarse, bien sea a través de sus epacios personales allí para promover su obra y figura o a través de la conformación de grupos de lectores y seguidores. Volvemos al punto de la dependencia o la independencia de los autores de los circuitos de distribución. Las redes sociales permiten un contacto mucho más directo con los lectores y la promoción más inmediata de la obra en curso o en publicación.
Las librerías son otras que no se quedan atrás en ese sentido, y han encontrado en facebook y Hi5, por ejemplo, un lugar para promocionar sus actividades. Conozco el caso de librerías que han nacido en las redes sociales y que no tienen un espacio físico o este no es un lugar comercial sino un sitio de tertulias. Los grupos ganan por su afiliación y los nichos ganan en especialización. ¿Habrá un lugar para cada quién? Teóricamente si.
3) El futuro digital del libro y la educación: Una de las áreas en las que probablemente tendremos más sorpresas en los próximos tiempos es en la educativa. Los libros de textos y libros universitarios plantean retos diferentes a los que presentan las ediciones generales. No me atrevo a decir que será en este año que recién comienza, ni siquiera en España (ya me extendí en otro espacio acerca de cómo lo veo para América Latina) donde la discusión acerca de los libros digitales y de su uso en las universidades es aún muy poca, pero si espero que se empiecen a sentar las bases tecnológicas para responder a la demanda creciente de accesibilidad a los libros especializados.
El incremento de los planes de digitalización de libros, el fortalecimiento de los proyectos de bibliotecas digitales que se han puesto en marcha en Europa asi como la comercialización de lectores de libros digitales y la ampliación de la oferta de títulos, entre otros, hará que cada vez haya menos resistencia al uso de los libros digitales.
Pido disculpas por lo largo de este post, pero no me parecía pertinente cortarlo en varias entradas. Hay algunos temas que siguen quedando fuera como el de la promoción de la lectura, el desarrollo de hardware y software para la lectura de los libros digitales, los DRM y la accesibilidad asi como las estrategias comerciales de los diversos actores del mundo del libro. Hay mucho aún por escribir sobre el tema, pero habrá tiempo a lo largo del año, que, al igual que Javier Celaya, creo que será muy interesante para el mundo del libro.
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